sábado, 25 de julio de 2015

Madrugada

Despierto cuando el sol todavía duerme.
La oscuridad aprendió a escapar de nuestra pieza desde que llegaste.
Te observo dormir, sé que pronto vas a despertar y pedir mis brazos. Abrirás los labios y esperarás que te alimente. Me mirarás con esos ojos café que tanto se parecen a los míos, más en tu rostro son tan propios y únicos como todos tus demás rasgos.
Por ahora, te disfruto descansando. Alguna vez me desvelé por el estudio. Antes de que llegaras, tus movimientos en mi vientre me hacían andar por la casa en plena madrugada. Pero mi atención va para ti en todo momento. Y en estos instantes, te recorro con la mirada y sigo cada curva de tu carita y manos, sin que me importe ni pese la hora y la falta de sueño.
Sonrío. Tanto temí no ser la mamá que precisás. Aprendí que puedo crecer a tu lado, solo necesito práctica y que me tengas algo de paciencia. Todo deja de pesar cuando me acariciás y regalás esos besos tan mimosos tuyos.
Las letras nacen y se escriben cuando puedo robarle minutos al tiempo y a tu descanso. Ahora te escucho removerte en la cama y sé que debo volver a tu lado.
Hasta pronto, mi vida. Gracias por tanto.




lunes, 15 de junio de 2015

De Sol y Luna...

De sol y luna, te soñé una noche infinita. De estrellas y aurora, te anhelé como nunca. Y quiso la vida concederme el deseo de saber lo que se siente al tenerte entre mis brazos.
El tiempo entonces quedó sujeto a tus miradas y suspiros. El universo debió aprender a girar y contraerse en torno a la simple idea de tu existencia, mientras mis días y mis noches se contabilizan según tus sonrisas.
Olvidé lo que significa medir las estrofas de mi vida y no me importa si los versos riman o son blancos, sólo me interesa saborear el instante de sentirte contra mi pecho y escuchar los latidos de tu corazón como si fueran la melodía que me sustenta.
De pronto, todo lo que sabía, todo lo que creía conocer, se hizo polvo y renací en una nueva criatura dispuesta a cuidarte y protegerte sin atender a nada más, pensando sólo en amarte, porque el resto del mundo ya no vale.
Y en el camino, sin pretenderlo, perdí el don de la pluma y redescubrí el valor de las palabras. Yo, que me sentía capaz de decirlo todo por escrito, quedé sin voz y aprendí un nuevo idioma de silencios cargados de caricias, de arrullos y canciones de cuna.
Llegaste un mediodía y mi vida comenzó entonces. La historia empezó a narrarse con tu primer respiro. Un “era una vez” de mi cuento único y maravilloso, mi historia favorita sin lugar a dudas.  


lunes, 8 de junio de 2015

¿Comenzamos?

Hace tiempo que tenía ganas de crear este espacio.
El último año fue muy movedizo para mi vida y los cambios que trajo fueron rotundos. Palabras al Viento es mi hogar, mi refugio, pero no es lugar para guardar ni transmitir las emociones que guardo sobre mi nuevo papel como "mamá de Leíto".
Hoy mi bebé cumple 20 semanas y pensé en animarme de una vez y darle rienda suelta a este nuevo proyecto.
No sé cuán regulares serán los post ni de qué hablaré en cada entrega. Sólo sé que hay un lado mío que cobró vida y fuerza y quiere darse a conocer.
¿Me acompañan?
Falta darle más dedicación al diseño, ponerlo a punto en cuanto a código html... pero la base está y me gusta que sea así de simple. 



Hasta pronto!